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domingo, 8 de febrero de 2009

Rotundamente cierto

"Los grandes favores no inspiran gratitud sino deseos de venganza" dijo Nietszche.

Demasiado expuesta a la doctrina cristiana desde muy niña, hace que me esmere en hacer favores y, lo que es mucho peor, a veces sin que me lo pidan. Ahí está el error. Porque nadie tiene ganas de tener que agradecer algo que no pidió, y si lo solicitó, bastante peso será el tener que andar con ese favor a cuesta sin saber cómo retribuirlo.
Por eso lo mejor es hacer como que no puedes aunque quieres...
¿Será malo hacer eso? ¿Me asaltará constantemente la idea de no haber tendido la mano cuando alguien la necesitó?

1 comentario:

virginia dijo...

Y ahí...surge la culpa de la "institución cristiana"