Las relaciones humanas con los animales no humanos, se alimentan obsesivamente de una razón instrumental que elimina todo valor del animal por sí mismo convirtiéndolo en un mero medio o recurso al servicio de fines exclusivamente humanos. En la actual sociedad de consumo los animales domésticos pasan de ser objetos productivos a objetos mercantiles de disfrute y valorados por su utilidad hedonista. Es lo que llamamos mascotización, que en realidad es una forma de antropocentrismo que anula la consideración del animal doméstico como sujeto en sí mismo y como ser moralmente significativo y valioso. La mascota asume las cualidades de un simple objeto más de consumo y hace del animal vivo un simple producto del mercado que puede sufrir todos los usos propios de nuestra mentalidad consumista: el “usar y tirar”, la distinción social que da la adquisición de lo exótico, lo escaso y lo extinguible, la manía coleccionista, y el sobre-consumo. Para subvertir estos procesos de explotación sobre seres vivos sintientes es preciso redefinir nuestras concepciones y relaciones con los animales a partir del reconocimiento de la valía moral de los mismos. Debemos dejar de criar y usar animales domésticos y salvajes como simples medios para fines humanos hedonistas.
Palabras de David Hammerstein
http://www.davidhammerstein.com/article-5723555.html
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